El compromiso de una generación

En primer lugar, cabe preguntarse: ¿qué es el Bullying ? Es el acoso escolar tanto físico como psicológico al que algunos alumnos o alumna...

Acoso en las aulas

En primer lugar, cabe preguntarse: ¿qué es el Bullying? Es el acoso escolar tanto físico como psicológico al que algunos alumnos o alumnas son sometidos, de forma continuada, por parte de sus compañeros y compañeras.

Por tanto, podríamos concluir, que el Bullying, como concepción sinónima del acoso escolar, se trata de una forma tan característica como extrema de violencia escolar, capaz de producir importantes daños emocionales a los niños y niñas víctimas de dicho acoso, y esto sin obviar, la especial gravedad de aquellos casos en los que además exista violencia física.


Al final estamos ante una práctica tortuosa, metódica y sistemática, a través de la cual, los agresores o agresoras sumen a las víctimas en una oscura rutina, encerrándose éstas cada vez más en ellas mismas, al sentirse solas, avergonzadas, señaladas y envueltas en un silencioso halo de indiferencia.

Sin embargo, hemos de ser conscientes de que luchar contra el acoso escolar es mucho más fácil de lo que en un principio pueda parecer. La solución pasa por establecer ciertos límites e inculcar una serie de valores, para lo cual será necesario, implementar en el seno de los ámbitos educativo y cultural, un sistema de prevención que recoja una serie de mecanismos de cara a evitar el nacimiento de nuevos casos de Bullying, así como desarrollar e impulsar protocolos tanto de detección como de actuación cuando desgraciadamente se produzcan los precitados acontecimientos.


En palabras de Carmen Casarejos, Presidenta de la Asociación de Familias Víctimas de Acoso Escolar: “la sociedad no puede mirar para otro lado y quitarle importancia al Bullying pensando que son solo cosas de críos”.

Además, es muy importante visibilizar esta problemática de cara a poder erradicarla, y para ello resulta crucial la detección precoz. En este sentido, el Gobierno de Aragón ha puesto en marcha recientemente, desde el Instituto Aragonés de la Juventud, el Teléfono de Atención al Menor en Situación de Riesgo por posible Acoso Escolar (900 100 456), dentro del marco del PLAN INTEGRAL CONTRA EL ACOSO ESCOLAR EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE ARAGÓN.

Pero, ¿qué podemos hacer ante un caso de Bullying? Lo primero y más importante consiste en reconocer el problema, para lo cual será necesario implicar al alumnado, a los y las docentes, así como a los padres y madres. Ante todo, se trata de crear una conciencia social y cultural ante esta problemática, desde las perspectivas de la educación y la convivencia, y siempre tratando de evitar la estigmatización y culpabilización de las víctimas.

Quizá lo más complicado, sea involucrar a los y las estudiantes, pero es muy posible que, si fomentamos el diálogo abierto entre el alumnado, mediante asambleas o foros que traten el tema del acoso escolar con el objetivo fundamental de discutir y proponer soluciones, consigamos hacer partícipes a todos y todas de la persecución de un mismo fin, incluso consiguiendo que el alumnado pasivo pase a ser un alumnado activo. Esto último significa que, cualquier alumno o alumna intervenga ante posibles situaciones de acoso escolar, por ejemplo, alertando a los y las docentes sobre la producción de las mismas. Sería, por tanto, muy positivo que se generalizasen ese tipo de actitudes por parte del alumnado, ya que dejaría reducida a su mínima expresión la figura del observador u observadora, que es aquella persona que no es víctima ni agresora, pero que “se pone una venda” ante las agresiones que otros y otras sufren.

Por otro lado, sería conveniente atender la recomendación de numerosos psicólogos y psicólogas, los cuales afirman que establecer la figura del mediador o mediadora dentro de los centros puede suponer una mejora considerable a la hora de afrontar la resolución de conflictos entre iguales. Por consiguiente, además de poder recurrir al profesorado, como señalaba anteriormente, o al departamento de orientación, los alumnos y alumnas tendrían la posibilidad de acudir a un compañero o compañera “neutral” que de forma totalmente voluntaria habría recibido la formación adecuada para mediar ante todo tipo de casos de acoso escolar.

Por último, igual de importante resulta promover un clima de confianza, tolerancia e inclusión dentro de las aulas, como prestar atención a los agresores y agresoras. Es evidente que, como sociedad, debemos poner el foco en la prevención del Bullying y la atención a las víctimas, pero también es muy importante que los y las responsables del acoso escolar reciban atención y ayuda de cara a disminuir su conducta agresiva.

Ignacio Martínez Moreno.
Sº de Cultura e Innovación Tecnológica de las JSZP.

0 comentarios: