La
violencia contra las mujeres y las niñas constituye una de las mayores
vulneraciones de los Derechos Humanos. Según un estudio realizado por Amnistía
Internacional, una de cada tres mujeres sufrirá violencia física, psicológica o
sexual en algún momento de su vida. Las cifras son demoledoras y ponen de
relieve la magnitud y la gravedad del problema, pero también que estamos muy
lejos de conseguir la igualdad real y efectiva necesaria para erradicar la
violencia de género.
España
fue pionera en 2004 con la Ley de Protección Integral contra la Violencia de
Género. Una ley que sirvió de inspiración a posteriores legislaciones y que ha
sido premiada por importantes organismos internacionales como la ONU.
Aragón
también fue pionera en la aprobación de su marco normativo, no tanto por la
fecha, que también, sino por el contenido de su ley. El 22 de marzo de 2007, hará
este año una década, entró en vigor la Ley de Prevención y Protección Integral
a las Mujeres Víctimas de Violencia en Aragón. Vaya por delante mi
reconocimiento y agradecimiento a las personas que desde el Gobierno de Aragón
la impulsaron, desarrollaron e implementaron. Esta ley ha supuesto, con el paso
del tiempo, un antes y un después en materia legislativa sobre violencia contra
las mujeres, en tanto en cuanto tiene un objeto legislativo mucho más amplio
incluso que la ley estatal, al considerar como violencia contra las mujeres
todas aquellas manifestaciones violentas que se ejercen contra ellas por el
hecho de ser mujeres, y no sólo las que se producen en el ámbito de una
relación afectiva, como reconoce la Ley Orgánica. Aragón incluyó en su ley los
preceptos del Convenio de Estambul, que hoy reclamamos, mucho antes incluso de
la redacción de dicho convenio internacional. En este momento, en el Parlamento
autonómico de Aragón hay creada una comisión de estudio y análisis de la
violencia contra las mujeres. Aprovecho este artículo para poner en valor el
trabajo que están realizando en ella todos los grupos parlamentarios y me
consta que las conclusiones que de ella salgan serán fundamentales para
prevenir y erradicar la violencia de género en Aragón.
Actualmente
nos encontramos, pues, en un momento de análisis y reflexión. Llevamos una década
con leyes sobre violencia contra las mujeres. Existe infraestructura y
compromiso institucional. Sin embargo a las mujeres y a las niñas las siguen
agrediendo, violentando y asesinando. Es evidente que el camino que nos falta
por recorrer en arduo y largo.
En este punto es necesario el compromiso de toda la sociedad en la lucha real contra el machismo y la violencia que genera. No pueden existir fisuras por donde la impunidad se cuele. Prevenir y erradicar la violencia de género, que es la manifestación más extrema de la desigualdad que sufren mujeres y niñas, es una tarea de toda la sociedad y para ello el grado de implicación de cada persona debe ser absoluto.
En este punto es necesario el compromiso de toda la sociedad en la lucha real contra el machismo y la violencia que genera. No pueden existir fisuras por donde la impunidad se cuele. Prevenir y erradicar la violencia de género, que es la manifestación más extrema de la desigualdad que sufren mujeres y niñas, es una tarea de toda la sociedad y para ello el grado de implicación de cada persona debe ser absoluto.
Desde
hace meses el Gobierno de Aragón viene reclamando que la violencia contra las
mujeres debe abordarse como una cuestión de Estado y por ello recibimos con
optimismo la creación de una Subcomisión en el Congreso para la elaboración del
Pacto social, político e institucional contra la Violencia de Género, que
esperamos ofrezca garantías plenas a las mujeres.
La
violencia contra las mujeres y las niñas es incompatible con la democracia. No
podemos construir una sociedad plenamente democrática mientras las mujeres y
las niñas sean agredidas, violentadas y asesinadas por el hecho de ser mujeres.
Impliquémonos toda la sociedad en la construcción de un Aragón en igualdad, de
un Aragón sin violencia contra las mujeres. Avanzando en igualdad avanzamos
también en democracia.
Natalia Salvo Casaus, Directora del Instituto Aragonés de la Mujer
Natalia Salvo Casaus, Directora del Instituto Aragonés de la Mujer
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