¿Por qué celebramos hoy el día de la Unión Europea? ¿Quién
decidió que hoy es un buen día para celebrarlo? ¿Qué supone esta fecha en la
historia de la vieja unión?
Hoy, más que nunca, los europeístas convencidos ( y puede que
los que no también) ponemos banderas de la UE en nuestras redes sociales o
subimos fotos en las instalaciones europeas más conocidas para dejar claras
nuestras ideas. Tiene un cariz de “poser” o “moderneo” pero no hay nada más
pegado a la realidad de los “millennials” ( como llaman ahora a la “Generación
Erasmus”) que manifestar sus convicciones a través de las redes sociales.
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Robert Schuman, portada de Time |
Asumimos como inicio del sueño europeo este hecho. En nuestros
libros de historia se cuenta que la firma del Tratado de París en 1951 dio
inicio al camino europeo. Nada más lejos de la realidad. La Unión Europea es el
resultado de más de diez siglos de hechos históricos, sociales y culturales. Es
necesario revisar la historia para dar sentido a lo que ahora se está poniendo
en entredicho.
Quizá explicar más de diez siglos de guerras, casamientos
reales, conquistas y sangre es mucho, pero simplificar el europeísmo a mediados
del pasado siglo, es sintetizar demasiado.
El escritor francés Víctor Hugo ya hablaba de los “Estados
Unidos de Europa” a finales del siglo XIX en sus escritos. No muy desarrollados
y con poca profundidad ideológica, pero que sirvieron de inspiración para el
primer movimiento europeísta organizado que se conoce: “Pan-europa”.
El movimiento Pan-europeo nace a finales de la I Guerra Mundial
. Las naciones del viejo continente
están desfiguradas y el ambiente bélico deja espacio a un estado de ánimo pacifista.
Es aquí cuando , buscando un espacio de cooperación y desarrollo entre los
países implicados en la “Gran Guerra” , nace este movimiento europeísta,
conformado por políticos e intelectuales de la época y que se basaba en :
–
Una Europa unida en libertad, derecho y
paz.
–
Patriotismo europeo que engloba las
diversas identidades nacionales de todos los europeos.
–
Desarrollo libre y responsable de la
persona en el marco de la justicia social.
–
Identidad europea basada en los valores y
en las convicciones cristianas, respetando el aporte del judaísmo y del Islam a
la cultura e historia europea.
–
Creación de una Europa fuerte que defienda
sus intereses e ideales en el mundo y garantice el futuro de sus
ciudadanos.
Esto es un fragmento del manifiesto que el pacifista y ensayista
austriaco, Richard Kalergi, publica el 15 de noviembre de 1922 y, lejos de ser
un hecho aislado, provocó que se celebraran diferentes congresos
internacionales que afrontaron el tema europeísta. Cuatro años más tarde, se
celebra el I Congreso Europeo en Viena con más de 2000 participantes, al que
acuden librepensadores como F. J. Strauss, F. Werfel, G. Pompidou o
A.Briand. De este congreso nace las
bases del proyecto de unión aduanera de los países europeos, libre circulación
de manufacturados , algo hasta entonces impensable. De los escritos y ensayos que vieron la luz
en este congreso bebieron las ideas europeístas de sus participantes incluidos
hombres de Estado del futuro como W.Churchil, Carlo Sforza, Charles de Gaulle o
Aristide Briand.
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Olof Palme y Willy Brandt |
Sí, hablo de la Unión Federal Europea, algo que va más allá de
nuestra Unión Europea. Aristide Briand, Primer Ministro Francés en esa época,
presentó ante la Sociedad de Naciones en 1930 el Memorando sobre la
organización de un sistema de Unión Federal Europea. Este memorando consiguió lo que no se esperaba,
que el Gobierno Alemán estuviera de acuerdo. Por esa época muchos rotativos y
medios europeos daban por sentada la formación de la E.F.U (European Federal Union) a finales de
1931. Pero el desplome bursátil del 29, la muerte de Gustav Streseman (Ministro
alemán de Exteriores y principal valedor de la E.F.U en su país) así como el
auge del nazismo, hicieron que el sueño europeo durmiera durante mucho tiempo,
que no morir.
Europa tuvo que sufrir otra Gran Guerra y aprender de sus
errores. Estos librepensadores influenciaron a los que oficialmente conocemos
como padres fundadores de la Unión Europea actual: Willy Brandt, Olof Palme o
Jacques Delors. Los que se negaron a
volver a conocer otra Europa rota y desangrada y que tomaron los principios del
movimiento pan- europeo, los actualizaron y fijaron su objetivo sin punto de
retorno, pues no es coincidencia que el lema de la UE sea “ In varietate
concordia” ( Unidos en la diversidad), uno de los principios
paneuropeístas. Contra todo pronóstico,
lo consiguieron y crearon vehículos que nos igualaron a todos los europeos,
siendo la educación uno de sus principales estandartes con el programa Erasmus
+.
Pero, después de toda esta charlatanería que os he escrito, ¿no identificáis
coincidencias en los tiempos que vivimos? La generación más europeísta de la
historia, educada en los valores europeos, se divide por culpa de una crisis
económica que no se vivía desde 1929, que no ve un futuro al menos a medio
plazo y que siente cómo el mundo está viviendo de nuevo un gran conflicto
bélico internacional injusto. Nombres como Trump, Le Pen, Brexit,
neonacionalismos... son parte de las conversaciones diarias. Nos preocupa lo
que se vota en otro país como Francia, porque lo sentimos como propio. También
hemos observado conmocionados como uno de los principales estados miembro se
baja del barco y abandona el proyecto europeo cuando más se le necesita por
razones egoístas, sintiendo una especie de traición.
La historia de verdad se repite. Es nuestra obligación luchar por
Europa como lo hicieron antes otros, porque siempre es posible dejar un mundo
mejor del que conocemos y todas las personas que he nombrado así lo creían.
Todo esto y más significa el 9 de mayo y, detrás de nuestros
post con la bandera azul y estrellada, las fotos en el Parlamento Europeo y los
enlaces a la Novena Sinfonía de Beethoven, están todas y cada una de las
personas que creyeron en el sueño europeo, pero también está esta generación
(no millennial, sino Erasmus), que es hora que se ponga en pie.
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