El compromiso de una generación

¿Por qué celebramos hoy el día de la Unión Europea? ¿Quién decidió que hoy es un buen día para celebrarlo? ¿Qué supone esta fecha en la his...

¿Qué significa el 9 de mayo?

¿Por qué celebramos hoy el día de la Unión Europea? ¿Quién decidió que hoy es un buen día para celebrarlo? ¿Qué supone esta fecha en la historia de la vieja unión?

Hoy, más que nunca, los europeístas convencidos ( y puede que los que no también) ponemos banderas de la UE en nuestras redes sociales o subimos fotos en las instalaciones europeas más conocidas para dejar claras nuestras ideas. Tiene un cariz de “poser” o “moderneo” pero no hay nada más pegado a la realidad de los “millennials” ( como llaman ahora a la “Generación Erasmus”) que manifestar sus convicciones a través de las redes sociales.

Robert Schuman, portada de Time
Empecemos por el principio. El día de Europa es el 9 de mayo porque Robert Schuman, ministro francés de exteriores, en 1950 hizo su célebre y poco conocida “Declaración Schuman”. Poco conocida por lo obvio pero célebre porque supuso el germen para el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero. 

Asumimos como inicio del sueño europeo este hecho. En nuestros libros de historia se cuenta que la firma del Tratado de París en 1951 dio inicio al camino europeo. Nada más lejos de la realidad. La Unión Europea es el resultado de más de diez siglos de hechos históricos, sociales y culturales. Es necesario revisar la historia para dar sentido a lo que ahora se está poniendo en entredicho.

Quizá explicar más de diez siglos de guerras, casamientos reales, conquistas y sangre es mucho, pero simplificar el europeísmo a mediados del pasado siglo, es sintetizar demasiado.

El escritor francés Víctor Hugo ya hablaba de los “Estados Unidos de Europa” a finales del siglo XIX en sus escritos. No muy desarrollados y con poca profundidad ideológica, pero que sirvieron de inspiración para el primer movimiento europeísta organizado que se conoce: “Pan-europa”. 

El movimiento Pan-europeo nace a finales de la I Guerra Mundial .  Las naciones del viejo continente están desfiguradas y el ambiente bélico deja espacio a un estado de ánimo pacifista. Es aquí cuando , buscando un espacio de cooperación y desarrollo entre los países implicados en la “Gran Guerra” , nace este movimiento europeísta, conformado por políticos e intelectuales de la época y que se basaba en :

                    Una Europa unida en libertad, derecho y paz.
                    Patriotismo europeo que engloba las diversas identidades nacionales de todos los europeos.
                    Desarrollo libre y responsable de la persona en el marco de la justicia social.
                    Identidad europea basada en los valores y en las convicciones cristianas, respetando el aporte del judaísmo y del Islam a la cultura e historia europea.
                    Creación de una Europa fuerte que defienda sus intereses e ideales en el mundo y garantice el futuro de sus ciudadanos. 

Esto es un fragmento del manifiesto que el pacifista y ensayista austriaco, Richard Kalergi, publica el 15 de noviembre de 1922 y, lejos de ser un hecho aislado, provocó que se celebraran diferentes congresos internacionales que afrontaron el tema europeísta. Cuatro años más tarde, se celebra el I Congreso Europeo en Viena con más de 2000 participantes, al que acuden librepensadores como F. J. Strauss, F. Werfel, G. Pompidou o A.Briand.  De este congreso nace las bases del proyecto de unión aduanera de los países europeos, libre circulación de manufacturados , algo hasta entonces impensable.  De los escritos y ensayos que vieron la luz en este congreso bebieron las ideas europeístas de sus participantes incluidos hombres de Estado del futuro como W.Churchil, Carlo Sforza, Charles de Gaulle o Aristide Briand.

Olof Palme y Willy Brandt
Este último podría haber pasado a la historia como el padre fundador de la Unión Europea, no de la CECA y diversos “sucedáneos” que se han vivido hasta la Unión Europea actual, sino de la Unión Europea real. Para un europeísta resulta emocionante pero también frustrante que, si no fuera por la coyuntura económica de finales de los años 20, el auge de los nacionalismos y , por consecuencia ,  la II Guerra Mundial , La Unión Federal Europea se hubiera conseguido.

Sí, hablo de la Unión Federal Europea, algo que va más allá de nuestra Unión Europea. Aristide Briand, Primer Ministro Francés en esa época, presentó ante la Sociedad de Naciones en 1930 el Memorando sobre la organización de un sistema de Unión Federal Europea.  Este memorando consiguió lo que no se esperaba, que el Gobierno Alemán estuviera de acuerdo. Por esa época muchos rotativos y medios europeos daban por sentada la formación de la  E.F.U (European Federal Union) a finales de 1931. Pero el desplome bursátil del 29, la muerte de Gustav Streseman (Ministro alemán de Exteriores y principal valedor de la E.F.U en su país) así como el auge del nazismo, hicieron que el sueño europeo durmiera durante mucho tiempo, que no morir.

Europa tuvo que sufrir otra Gran Guerra y aprender de sus errores. Estos librepensadores influenciaron a los que oficialmente conocemos como padres fundadores de la Unión Europea actual: Willy Brandt, Olof Palme o Jacques Delors.  Los que se negaron a volver a conocer otra Europa rota y desangrada y que tomaron los principios del movimiento pan- europeo, los actualizaron y fijaron su objetivo sin punto de retorno, pues no es coincidencia que el lema de la UE sea “ In varietate concordia” ( Unidos en la diversidad), uno de los principios paneuropeístas.  Contra todo pronóstico, lo consiguieron y crearon vehículos que nos igualaron a todos los europeos, siendo la educación uno de sus principales estandartes con el programa Erasmus +.

Pero, después de toda esta charlatanería que os he escrito, ¿no identificáis coincidencias en los tiempos que vivimos? La generación más europeísta de la historia, educada en los valores europeos, se divide por culpa de una crisis económica que no se vivía desde 1929, que no ve un futuro al menos a medio plazo y que siente cómo el mundo está viviendo de nuevo un gran conflicto bélico internacional injusto. Nombres como Trump, Le Pen, Brexit, neonacionalismos... son parte de las conversaciones diarias. Nos preocupa lo que se vota en otro país como Francia, porque lo sentimos como propio. También hemos observado conmocionados como uno de los principales estados miembro se baja del barco y abandona el proyecto europeo cuando más se le necesita por razones egoístas, sintiendo una especie de traición. 

La historia de verdad se repite. Es nuestra obligación luchar por Europa como lo hicieron antes otros, porque siempre es posible dejar un mundo mejor del que conocemos y todas las personas que he nombrado así lo creían.

Todo esto y más significa el 9 de mayo y, detrás de nuestros post con la bandera azul y estrellada, las fotos en el Parlamento Europeo y los enlaces a la Novena Sinfonía de Beethoven, están todas y cada una de las personas que creyeron en el sueño europeo, pero también está esta generación (no millennial, sino Erasmus), que es hora que se ponga en pie.


0 comentarios: