Es
para mí un honor poder escribir sobre nuestra tierra con motivo de la festividad
de Aragón por excelencia, San Jorge. Lo es como representante público en las
Cortes de Aragón, como socialista y como joven. Una fecha idónea en la que
poder repasar los avances claros y contundentes de progreso que nuestra Comunidad
Autónoma ha visto desde el cambio de Gobierno en mayo de 2015.
Ha
sido el PSOE, sí, el del puño y la rosa, el que tomó las riendas y el liderazgo
de la Comunidad Autónoma hace prácticamente dos años. Un gobierno de coalición
con Chunta Aragonesista y que, a
pesar de su minoría parlamentaria, e impulsado por cuatro fuerzas de izquierdas,
ha conseguido transformar la realidad de
los aragoneses con una premisa imprescindible en nuestros días: la lucha contra la desigualdad.
Frente
aquellos titulares o mensajes reiterativos de que “todos son iguales” o “da igual unos u otros” e independientemente del
ruido que muchas veces envuelve y enturbia todo tipo de debates, los hechos
demuestran lo contrario. El Partido
Socialista Obrero Español está gestionando y gobernando con una prioridad,
tal y como nos comprometimos en la campaña electoral: las personas, todos los
aragoneses y aragonesas.
Porque
evitar el cierre de 23 aulas en el medio rural, disminuyendo las ratios para
mantener la escuela y los pueblos “vivos”, la construcción de nuevos centros
escolares públicos en las tres provincias, la recuperación del pago del verano
a los interinos o la multiplicación por dos de las becas de comedor , son
algunas de las acciones concretas que muestran nuestro compromiso con una
educación gratuita, pública, de calidad y, permitidme, para todos y cada uno de
los rincones del mapa de Aragón, también
los pueblos.
Porque
mejorar la tecnología sanitaria, disminuir la lista de espera, revertir la
privatización del futuro hospital de Alcañiz o potenciar la construcción de un
hospital público en Teruel, también contribuye a gobernar con hechos que
mejoran la vida de las personas.
Si
hablamos de aquellos que lo han pasado peor por la crisis económica , leyes
como la de pobreza energética o la renta social básica, han centrado parte de
los esfuerzos de este Gobierno. Sin embargo, mientras tanto, se han eliminado
los 7 meses de espera para recibir la prestación del Ingreso Aragonés de
Inserción, se ha logrado un notable ascenso en el presupuesto dedicado a las
políticas sociales así como también se ha invertido la peligrosa e indecente
tendencia que era el hecho de que nuestro sistema perdiera 5 dependientes
diarios mientras gobernaba el PP –PAR y, desde que el PSOE está en el Gobierno,
se han incorporado 11 nuevos dependientes al sistema por día.
Estos
son algunos de los ejemplos palpables, pero podríamos profundizar en la
recuperación de la inversión y apuesta por la cultura, con el mayor presupuesto
de la historia en el fomento de las artes en este presupuesto 2017, la apuesta
por una ley de memoria democrática, retomar el diálogo con la Universidad de
Zaragoza y lograr un marco óptimo de financiación podrían ser realidades que
engrosasen el ritmo de trabajo y de materialización de compromisos.
Leyes
como la de capitalidad para Zaragoza, el aumento del fondo de cooperación municipal,
la búsqueda real de soluciones para problemas medioambientales como el lindano
, el liderazgo político en proyectos como Bon-Área, la venta de suelo en
plataformas logísticas o el acuerdo marco de formación y apuesta nítida por el
empleo, hacen del PSOE un partido centrado en las personas, alejado de los
radicalismos o de los vientos mediáticos que parecen marcar los ritmos de otros
partidos.
Se
nos acusa de generar inestabilidad, pero el acuerdo y el diálogo constante
nunca fue óbice para un socialista. Se nos tacha de “despilfarradores”,
casualmente cuando los presupuestos van dedicados preferentemente a nuestras
prioridades: educación, sanidad y políticas sociales; habiendo logrado un 15%
más de recursos en cada área de media respecto del anterior Gobierno.
Se
pretende tirar de tópicos manidos e irreales, como que “la izquierda no
gestiona bien” o “que confisca con los impuestos”, pero los datos macro y micro
económicos, el trabajo en desarrollo rural y economía y la realidad, nos
muestran una situación bien distinta a la ensoñada por la bancada de la derecha
en toda su amplitud.
Con
unos datos económicos mejores, con una menor tasa de paro, con un mayor índice
de exportaciones y un sistema fiscal justo que reparte la presión fiscal, se
han logrado mayores recursos y por tanto
mayores ingresos, lo que significa más redistribución y más políticas públicas.
Ésta ha sido siempre la apuesta del Partido Socialista.
A
dos años de agotar la legislatura , no sin las dificultades del momento y, a pesar
del horribilis encontrado en la
Hacienda autonómica en 2015, los y las socialistas podemos estar orgullosos de
gobernar, de mantener la coherencia política, de actuar y ser férreos en la
defensa de los servicios públicos para los ciudadanos. No pensando en un
hipotético rédito electoral o en aquellos espacios más poblados, sino pensando
en los 731 municipios, los más de 1500 núcleos urbanos , y los algo más de
1.320.000 aragoneses y aragonesas que residen, viven y sienten Aragón,
compartiendo, como los socialistas, el deseo de generar una tierra más justa,
de mayores oportunidades, un lugar donde poder quedarse a vivir, siempre con
justicia social e igualdad de oportunidades
Darío Villagrasa
Diputado
PSOE Cortes de Aragón
Militante
Juventudes Socialistas de Zaragoza
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