Vivimos un momento muy complicado para las y los
jóvenes que creemos que las políticas progresistas, de izquierdas y
democráticas, son instrumentos para construir una sociedad mejor. Tras la
crisis política que vino de la mano de la económica, cayó la popularidad de la
izquierda tradicional y surgieron nuevos partidos de corte postmoderno que
contraponen lo nuevo y lo viejo. Pero tras unos años en los que esos partidos
han ido en ascenso, ahora que comienzan a perder gas, si el resto de la
izquierda no reaccionamos y recuperamos nuestro espacio, nos enfrentamos a un
peligro mucho mayor.
Este peligro es el del viejo fascismo, que ahora toma forma del nacionalismo identitario. Trump en EEUU, el Brexit en el Reino Unido, Beppe Grillo yla
Liga Norte en Italia, los Le Pen en
Francia, o los discursos excluyentes de parte del nacionalismo catalán y de
muchos sectores del PP. Pero, ante este desafío, ¿qué respuesta debemos de dar?
Entrar en su juego, pelear dentro de su marco, no funciona. Si caemos en la simplificación del mensaje y en el insulto fácil, tenemos las de perder. Por eso, no debemos de intentar imitar el discurso postmoderno de los nuevos partidos, ni competir con ellos en ver quién hace promesas más grandilocuentes que luego no vamos a cumplir o más bloqueos en pos de un purismo que, a la hora de la verdad, tampoco nos van a servir de nada.
Este peligro es el del viejo fascismo, que ahora toma forma del nacionalismo identitario. Trump en EEUU, el Brexit en el Reino Unido, Beppe Grillo y
Entrar en su juego, pelear dentro de su marco, no funciona. Si caemos en la simplificación del mensaje y en el insulto fácil, tenemos las de perder. Por eso, no debemos de intentar imitar el discurso postmoderno de los nuevos partidos, ni competir con ellos en ver quién hace promesas más grandilocuentes que luego no vamos a cumplir o más bloqueos en pos de un purismo que, a la hora de la verdad, tampoco nos van a servir de nada.

En las comunidades autónomas gobernadas por
socialistas, se frenan los recortes en Educación y Sanidad, se pone en marcha
la Renta Básica Social, se cumple la Ley de Dependencia y se trabaja en nuevas
leyes para proteger la diversidad sexual y afectiva. En los ayuntamientos se
paran los desahucios, se cumple Ley de Memoria Histórica y se evitan cortes de
luz y de gas a las personas con menos recursos.
La gente ya se está cansando de los discursos
grandilocuentes de los nuevos partidos postmodernos que han demostrado que, a
la hora de pasar a la acción, quedan en nada y, si no presentamos una
alternativa, la esperanza de que nosotros sí que podemos, abrazarán el
nacionalismo identitario de gente como Trump.
El socialismo siempre fue internacionalista,
pacifista, feminista y solidario, simplemente hay que poner en valor lo mejor
de lo que somos. La educación en igualdad, la sanidad para todas y todos, la
ley de dependencia, la de memoria histórica, los derechos de las mujeres y LGTB
y hablarle a la gente de cómo la defienden nuestros ayuntamientos y nuestras
comunidades autónomas como ejemplo de lo que podemos hacer también en el
gobierno del estado y en la Unión Europea.
Ése será el mejor antídoto contra el veneno de la derecha populista e
identitaria y el fascismo que se resguarda tras su sombra.
Miguel Sarria, militante del PSOE-Ejea de los Caballeros (Zaragoza).
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