“I can´t breath”, “black lives matter”
Son algunas de las frases que hemos estado viendo en él últimos meses, en numerosas manifestaciones por los sucesos acontecidos con George Floyd. Así como él, diversas personas de raza negra vienen sufriendo las consecuencias de un racismo aún imperante en muchos contextos.
Este acontecimiento entre otros ha producido una amplia
movilización de personas de todas las edades y de todas las partes del planeta.
¿Cómo había podido ocurrir tal suceso?
Algunas personas se preguntaban. Personas, ajenas a esta realidad, personas como tal vez tú o yo, que no dábamos crédito a unas imágenes tan crudas. Este tipo de sucesos no es entendible en un contexto actual, sorprende y descoloca. No se entiende en un contexto donde las sociedades son consideradas modernas y desarrolladas. Se da por superada la posibilidad de que se vulneren los derechos civiles y sociales de la población.
Esta dinámica, es más común de lo que podemos pensar. Tendemos a considerar que ciertos derechos son prácticamente inamovibles, representando casi algo así como un dogma. Derechos que parecen que han existido siempre y que solo pueden ir in crescendo. Derechos que de ninguna forma pueden ser perdidos.
He ahí el quid de la cuestión. Como jóvenes progresistas, debemos tener presente que cada derecho que poseemos proviene de una lucha que se ha gestado en décadas anteriores, décadas muy recientes. Logros como el sufragio femenino, se han conseguido a través de los diferentes movimientos sociales, organizados por personas como nosotros en pro del cambio social. Ya sean aquellos movimientos sociales más clásicos, como el obrero, o bien, los más nuevos como el ecologismo. Los movimientos sociales más nuevos ponen sobre la mesa nuevas necesidades a las que se debe prestar atención.
Hoy, día 3 de diciembre, se reivindican derechos para un colectivo de personas que hasta hace poco tiempo no veían sus derechos representados y defendidos. Este colectivo es el de las personas con discapacidad. No es hasta el año 2006 que se aprueba la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad. Estas personas han sido discriminadas, excluidas y marginadas a lo largo de la historia, siendo vulnerados sus derechos y sus voluntades. Este año, el tema del Día Internacional de las Personas con Discapacidad (IDPD) es "Participación y el liderazgo de las personas con discapacidad: Agenda de Desarrollo 2030". Haciéndose hincapié en el empoderamiento de las personas con discapacidad para un desarrollo inclusivo, equitativo y sostenible. La discapacidad no debe ser motivo para impedir el pleno acceso a los derechos humanos y la participación plena en la sociedad.
Las personas con discapacidad, son: personas con
discapacidad, no son: minusválidos (de la
etimología menos válido), no son retrasados o deficientes. Desde aquí
reivindico que esos términos desaparezcan de nuestro vocabulario, tanto para
referirnos a estas personas como para usarlas en forma de insulto
coloquial, de carácter peyorativo. Estas
palabras tienen una connotación claramente capacitista, entendida como forma de
discriminación o contra las personas con discapacidad. Este
espacio es propio para hablar sobre el poder que tenemos nosotros para
transformar la realidad social mediante el lenguaje como un primer y
trascendental paso.
Los derechos sociales, no se deben dar por sentado, la lucha debe continuar. Mientras que otros desean reducir, eliminar y no reconocer estos, nosotros debemos mantenernos firmes en su reivindicación.
Con este pequeño artículo damos pie a la entrada del mes de diciembre, de los derechos sociales.
Debora Tais de Lima Cardoso.
Secretaria de Derechos Sociales.
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