El compromiso de una generación

  En este momento nos enfrentamos a la mayor amenaza en miles de años, el cambio climático. Durante mucho tiempo los científicos han vislumb...

Ahora o nunca. La lucha contra el cambio climático

 

En este momento nos enfrentamos a la mayor amenaza en miles de años, el cambio climático. Durante mucho tiempo los científicos han vislumbrado con asombro las posibles consecuencias futuras del cambio metafísico en el comportamiento de nuestro planeta. Sin embargo, ya es una realidad y puede que aún no seamos del todo conscientes de lo que esto implica. Lo que estamos haciendo es cambiar el clima por primera vez con las repercusiones que esto conlleva (mayores tormentas, inundaciones, subidas del nivel del mar extremas aparejadas al deshielo de los polos, pérdida de biodiversidad, entre otras). Científicos de todo el mundo coinciden en que dichos cambios se están produciendo más rápido de lo previsto.

 


De hecho, según la Organización Meteorológica Mundial el lustro que abarca desde 2015 hasta 2019 ha sido el más cálido que se ha registrado en la historia de la humanidad. Y esto no termina aquí, según un informe de Naciones Unidas se van a producir incrementos en la temperatura de nuestro planeta a lo largo de los años que nos suceden. Pero ¿por qué sucede? Como ya sabréis, los gases de efecto invernadero producen que la atmósfera retenga más calor del necesario y, en consecuencia, tengamos que hablar de cambio climático. Podemos observar los gases que contribuyen a agilizar el efecto invernadero en la siguiente tabla:

 


Pero el incremento sostenido de la temperatura a nivel mundial genera consecuencias en el ámbito económico y social. Algunas de las más importantes son:

-          La escasez en la obtención de recursos hídricos. Actualmente, alrededor de 3.300 millones de personas de todos los continentes se encuentran en una situación de escasez de agua. De hecho, a lo largo del último siglo el consumo de agua ha aumentado dos veces más que la tasa de crecimiento de la población. La proyección con cambio climático implicaría sequías y cambios de lluvia en los países subtropicales e inundaciones intensas en áreas urbanas.

-          El impacto sobre la agricultura y salud alimentaria. Se prevé un aumento de riego de la degradación de suelos y desertificación, sobre todo en áreas de sequía. Además, en las zonas costeras la salinización e inhabilitación para la agricultura resultará evidente y las zonas de pesca contendrán riesgo alimentario.

-       Las consecuencias sobre la salud. En algunos países que se sitúan en torno al ecuador, las temperaturas ya de por sí son extremas. Por ello, ante incrementos sostenidos en la temperatura global, nos encontramos ante el riesgo acuciante de muertes por olas de calor, así como la propagación masiva de múltiples enfermedades transmitidas por vectores como el paludismo, el dengue, la esquistosomiasis, etc.

-          La degradación de nuestra biodiversidad. Nos arriesgamos a la desaparición de los bosques y la decoloración de los corales. Según la FAO, dentro de 100 años no habrá más selvas tropicales en la tierra. En cuanto a la decoloración coral, viene producida por el descenso oceánico del pH y puede producir la desaparición de algunas especies de coral con la consiguiente afectación del mundo marino.

-          Los perniciosos efectos sobre el turismo. Los impactos económicos negativos en la actividad turística algún día serán palmarios y derivarán en una pérdida de infraestructuras, un alza del nivel del mar y un incremento de fenómenos extremos en las áreas costeras.

-          La pobreza. El incremento de la pobreza extrema es irreversible debido a la desertificación producida en zonas inmersas en una agricultura de subsistencia. Además, la afectación resulta similar en aquellos sectores de población que dependen de la pesca puesto que muchas especies están en riesgo de desaparición y la población mundial de peces se reducirá drásticamente. No son solo previsiones, encontramos un informe del año 2016 realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza y la Sociedad de Zoología de Londres que revela que el número de animales acuáticos se redujo un 49% entre 1970 y 2012.

 


Estos son algunos de los problemas sociales intrínsecos en la subida de las temperaturas a nivel mundial. No obstante, el problema posee unas dimensiones inconmensurables y prueba de ello son los mecanismos de retroalimentación que observamos en la naturaleza. En primer lugar, el efecto albedo pone de manifiesto un planeta que cada vez absorbe más y devuelve menos radiación al espacio. Además, como la alteración orbital calienta el océano, parte del dióxido de carbono disuelto en el agua del océano aflora en forma de burbujas a la superficie y llega al aire, como cuando se libera dióxido de carbono de un vaso de soda caliente. Por último, contamos con el efecto umbral que supone que un ligero aumento en la temperatura global suponga la muerte de algunas especies, la pérdida de una cosecha, la transmisión de una enfermedad epidémica o un fuerte aumento del nivel del mar como consecuencia de la fusión de las capas de hielo.

En conclusión, si queremos preservar nuestro planeta debemos concienciarnos de la importancia del cambio climático y sus efectos sobre la Tierra. Podemos realizar pequeñas aportaciones mediante la reducción del uso de papel, el reciclaje, el ahorro de agua y energía, la reutilización de materiales, entre otras. Asimismo, la participación de la sociedad civil en el activismo ambiental coadyuvaría a la implementación de reformas políticas e institucionales de gran calado.  

En este sentido, es necesario que los Estados lleguen a consensos sobre el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero, nivel de residuos, etc. mediante instrumentos jurídicamente vinculantes a nivel internacional. Para ello, debe otorgarse poder a ciertos Organismos Internacionales capaces de desincentivar mediante sanciones el incumplimiento de dichos acuerdos jurídicos. Además, todo pasa por el trasvase hacia nuevos modelos productivos que se basen en la sostenibilidad medioambiental y la circularidad de la economía. El principal obstáculo es el coste que generan estas innovaciones a corto plazo ya que, actualmente tanto las empresas como los estados más importantes no tienen incentivos a la hora de crear soluciones técnicas en aras a salvar al medioambiente. No debemos olvidar que cualquier esfuerzo es baladí si no es acompañado por grandes sumas de dinero de los principales agentes implicados Estados y multinacionales.

No contamos con ninguna certeza, la única: que es momento de la tierra. La tierra que conocimos al nacer y la que puede ser un recuerdo si no actuamos. No me cabe duda de que vamos a conseguir revertir esta situación, pero solo tendrá lugar si unimos nuestros esfuerzos. Tú, ¿qué opinas?



Fernando Pardo Aso

Secretario de Economía, Agenda 2030 y Transición Ecológica

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