El compromiso de una generación

El día 9 de mayo celebramos el Día de Europa , día en que, hace 70 años, tuvo lugar la Declaración Schuman, reconocida como punto de part...

¡Ahora o nunca!


El día 9 de mayo celebramos el Día de Europa, día en que, hace 70 años, tuvo lugar la Declaración Schuman, reconocida como punto de partida, como semilla, de la actual Unión Europea.

Schuman, ministro francés de asuntos exteriores, propuso la creación de una comunidad franco-
alemana para aprovechar conjuntamente el carbón y el acero de los dos países, al mismo tiempo que se cumpliría el objetivo real, evitar nuevas guerras.

Aunque sus orígenes tenían intereses esencialmente económicos, lo cierto es que ha sufrido en primer lugar ampliaciones (hasta 6 ampliaciones) y en segundo lugar transformaciones hasta convertirse en lo que hoy conocemos como la Unión Europea: 27 países soberanos independientes, con una organización activa en todos los frentes políticos: clima, medioambiente, salud, seguridad, justicia, migración, relaciones exteriores...y con unos valores comunes: libertad, igualdad, tolerancia, justicia, solidaridad, no discriminación, inclusión, Estado de Derecho, recogidos en el Tratado de Lisboa y en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Durante años los europeos hemos aprovechado los beneficios de tener un espacio de libre circulación de personas, mercancías y capital, una moneda única, al mismo tiempo que teníamos paz, estabilidad y prosperidad.

La cohesión económica, social y territorial ha sido uno de los objetivos principales de la Unión, ya que la mejora de los territorios individuales beneficia al conjunto de la Unión y la fortalece a escala mundial.

Aún siendo mucho mayores los beneficios de pertenecer a la Unión Europea que los posibles perjuicios, lo cierto es que la desafección ciudadana ha ido acrecentándose en los últimos tiempos, coincidiendo con el afloramiento de partidos euroescépticos que a través de falsedades intentan convencer de que es perjudicial para los intereses individuales de cada país.

Con estos mimbres arrancamos esta legislatura 2019-2024, con una nueva Comisión Europea, diseñando una nueva estrategia de crecimiento para la Unión Europea, discutiendo sobre el futuro y la nueva hoja de ruta hacia una economía más sostenible, más responsable con el medio ambiente, más digital, más socialmente justa, también más feminista y por tanto más igualitaria. Cuando debatíamos sobre el Nuevo Pacto Verde como respuesta a todos estos retos...todo se interrumpió por la llegada de una pandemia, la COVID-19.

Aunque se tardó un tiempo en reconocer que, como pandemia, no entendía de fronteras, ni de nacionalidades, no entendía de razas, ni de clases sociales, si no que afectaba a todos los países y con una rapidísima velocidad de propagación, finalmente la Unión reaccionó y permitió a los países que usaran todos los medios necesarios para hacer frente a la crisis sanitaria. En unas semanas se tomaron más decisiones que en varios años durante la anterior crisis económica.
Se dice que se aprende de los errores pasados y así parece que está sucediendo en Europa.
  
Por primera vez se ha suspendido el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y se ha dado mayor flexibilidad en las Ayudas de Estado. El Banco Central Europeo ha lanzado un nuevo programa de compras de activos público y privados. Se han movilizado grandes cantidades para investigación en terapias, diagnóstico y búsqueda de vacunas y se han movilizado también reservas de efectivos de Fondos Estructurales para inversión en sistemas de salud y otros sectores económicos que den respuesta a los efectos de la crisis de la COVID-19.

Estos son algunos de los ejemplos de la respuesta primera que ha dado la Unión Europea, pero no son los únicos, también se ha asegurado el flujo de bienes esenciales a través de los Corredores Verdes transfronterizos, se han hecho compras conjuntas de equipos de protección o se ha establecido la primera reserva de emergencia de equipos médicos, también se han puesto los medios para repatriar a miles de ciudadanos europeos que se encontraban fuera de la Unión y a los que se les habían cancelado los vuelos.

Vemos con esperanza cómo las curvas de contagios y muertes por COVID-19 en los diferentes países empiezan a frenarse y a decrecer, pero las economías han sido fuertemente golpeadas y de nuevo, de forma desigual. Aunque el coronavirus es una amenaza simétrica, las consecuencias han sido y serán brutalmente asimétricas.

Estamos ante un momento decisivo de la Unión Europea, 70 años después de la Declaración Schuman, tenemos que demostrar que una Europa más fuerte, solidaria e inclusiva, respetuosa con el medio ambiente, social y feminista es posible y que merece la pena. Debemos demostrar que somos capaces, juntos, de emprender la reconstrucción social y económica que devuelva a los ciudadanos su estado de bienestar y les haga confiar en esta Europa que se preocupa por las personas y que no deja a nadie atrás.

Si no es ahora, no será. Los socialistas estamos más comprometidos que nunca con el impulso de decisiones valientes para construir la Europa que queremos y por eso requerimos un presupuesto fuerte para los próximos años, que permita poner en marcha un Plan de Reconstrucción Integral europeo. Y la base de esta reconstrucción debe ser el Pacto Verde Europeo, ese Pacto que quedó momentáneamente interrumpido por un virus letal, que nos ha apartado de muchos de nuestros seres queridos, pero que la investigación será capaz de poner fin más pronto que tarde.

Esta crisis debe ser una oportunidad para reordenar nuestra lista de prioridades, debe servir para ver la importancia de fortalecer nuestros sistemas públicos de salud y la importancia de invertir en investigación, debe servir para avanzar en la transformación digital de forma inclusiva, eliminando cualquier tipo de brecha personal o territorial, debe servir para conseguir esa transición ecológica sin dejar a nadie atrás, pero también para desarrollar una nueva Política Industrial más competitiva y resistente.

Y de todo esto debe salir una Europa más social, más solidaria y más comprometida. Una Europa centrada en las personas y preocupada por su bienestar.

Si no es ahora, no será nunca. ¡Feliz día de Europa!

 

Isabel García Muñoz
Diputada socialista del Parlamento Europeo

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