Un día como hoy, 9 de mayo, A las 6 de la tarde en 1950, se convocó a la prensa en París, en el Salón del
Reloj del Ministerio de
Asuntos Exteriores francés del Quai d'Orsay, para realizar una
“comunicación de la mayor importancia”, que había sido redactada por Jean
Monnet y pronunciada por Robert Schuman. Desde entonces
celebramos el aniversario de la Declaración Schuman, ese insigne visionario
ministro de exteriores francés, en la que se proponía que tanto Francia como
Alemania y los Estados europeos que se adhiriesen cederían de facto soberanía
nacional en favor de una administración conjunta superior que supervisase el
comercio de carbón y acero. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla que va más
allá de lo estrictamente económico: porque por aquel entonces las materias
primas fundamentales del armamento militar eran el carbón y el acero.
En esa época, cuando no se imaginaba nadie que
llegaría a ser la Globalización en la que hoy vivimos y se podría decir que
veníamos de dos guerras “europeas” (y por tanto mundiales en esas décadas) que
no había conseguido evitar el internacionalismo obrerista y pacifista; se
propuso como germen de la Unión Europea una solución global a problemas
globales.
Pero yendo a nuestro tiempo, eso parece quedar muy
lejos, hay otros tipos de problemas, los que mejor se ilustran son: el cambio
climático, la creciente diversidad cultural o la desregularización financiera.
Ante esta situación, el gran reto es encontrar una solución efectiva que dé una
respuesta satisfactoria positiva. La posibilidad que se está desarrollando
actualmente en un contexto ante el que los Estados han perdido toda capacidad
de reacción, es la de que los entes privados (sociedades, lobbies, ONGs) ganen
excesivo protagonismo. Un mundo en el que nos vemos obligados a confiar tan
sólo en la Responsabilidad Social Corporativa como forma principal de
gobernanza global y que aun con sus virtudes, que las hay, amenazan con
sustituir las fuentes normativas por unos cánones de buenas prácticas y lavados
de imagen.
Por ello, en contraposición, y complementandolo con
el multilateralismo del que hoy parecen renegar Estados antaño con altura de
miras como Estados Unidos de América con gobiernos ultranacionalistas y
proteccionistas como el de Trump, la Unión Europea ha de mostrarse como
alternativa. La Unión Europea, la organización más compleja y avanzada del
mundo, ha de presentarse como clave en el proceso de gobernanza global
construyendo consensos y espacios de diálogo entre grupos, personas con
intereses y culturas diferentes; la necesidad de un demos global es condición necesaria en el progreso hacia
instituciones compartidas desde unos valores comunes. Tenemos que limar los
muchos problemas de la Unión Europea y repensarla no solo en la dimensión
práctica sino en el plano teórico también. De esta forma podrá ser parte de la
solución hacia conflictos: ad intra de
los Estados constituyentes, sus flujos migratorios y sus tensiones internas
identitarias y ad extra marcando la
acción política hacia soluciones interestatales e incluso interregionales,
multiplicando nuestras posibilidades y capacidades, ante retos como el
mencionado medio ambiente o la economía especulativa.
Así que el debate falaz sobre ceder soberanía y a
cambio ganar competencia se hace estéril si de verdad queremos estar a la
vanguardia del progreso, porque es la única solución. No está de más recordar
que las democracias nacieron como un sistema de gobierno local que se han ido
adaptando como el mejor sistema válido aumentando su complejidad, inclusividad
y expansión. Es una lección que hoy en día, nosotros los europeos, rodeados de
euroescepticismos y ultranacionalismos, maquillados por anhelos de “democracias
directas”, liderazgos delegativos y referéndums donde se imponen las tesis del
51% sin debate ni consenso deberíamos recordar echando la vista atrás, al
origen del sueño europeo, y teniendo visión de futuro para construir un nuevo
mundo de la mano del europeísmo.
¡La Unión hace la fuerza!
Guillermo Ortiz (Secretario de Política Internacional y Europa de las JSA-Zaragoza).
0 comentarios: