Fernando
de los Ríos Urruti (1879-1949)
Fiel defensor de un socialismo de carácter humanista.
Para entender la figura de este gran político y jurista español tenemos
que poner de relieve primero la gran importancia que Fernando Giner de los Ríos
y la Institución Libre de Enseñanza tuvieron en él. De los Ríos nació en Ronda,
Málaga el 8 de diciembre de 1879, cursó bachillerato
en el Instituto de Córdoba y fue en Madrid y muy vinculado a la ILE donde
empezó los estudios de medicina que abandonó en favor de sus dos grandes pasiones, la
Filosofía y el Derecho, de las que se licenció en 1901 y se doctoró cuatro años
después.
Tras un periplo por varias universidades de Europa, gracias a la beca que
consiguió por la Junta de Ampliación de Estudios, decidió regresar a su país y
obtuvo en 1911 la cátedra de Derecho Político en la Universidad de Granada.
Ocho años después ingresará en el PSOE y en 1920 será designado para llevar a
cabo una visita a la
Unión Soviética junto a Daniel Anguiano y materializar la entrada del partido
en la Tercera Internacional. Se mostró contrario a aceptar las «veintiuna
condiciones» imprescindibles para la incorporación, posición que ratificó el
PSOE su Congreso Extraordinario en 1921. Se mantuvo en contra de establecer una
colaboración con el régimen dictatorial de Primo de Rivera y fue junto a
Indalecio Prieto una de las figuras clave para la llegada de la II República y
el acuerdo firmado en agosto de 1930, conocido con el nombre de Pacto de San
Sebastián.
En
las elecciones del 12 de abril de 1931 fue elegido como concejal del
ayuntamiento de Madrid. Con la llegada de la II República, dos días después
ostentará importantes responsabilidades ministeriales: Fue Ministro de Justicia
desde el 14 de abril de 1931 al 16 de diciembre de 1931, también ocupó la
cartera de Instrucción Pública desde el 16 de diciembre de 1931 al 12 de junio
de 1933 y Ministro de Estado del 12 de junio al 12 de septiembre de 1933. No
serán las únicas responsabilidades que ostentará, será miembro de varias comisiones
como la Comisión de Estado y de Estatutos y la de Estado y de Instrucción
Pública.
Durante
la Guerra Civil Española ocupó un puesto de gran relevancia como es el de
Embajador de España en los Estados Unidos. Con la finalización y la victoria
del bando nacional, resultaba imposible regresar a su país, por lo que tuvo que
permanecer en Estados Unidos impartiendo clases en la «New School of Social
Research» de Nueva York. Diez años más tarde fallecería en la misma ciudad el
31 de mayo de 1949. Su pensamiento estuvo muy imbuido de un humanismo que
propugnaba un cambio del modelo económico y de producción que se reflejase en
unas mejores condiciones de vida para la inmensa mayoría de la población.
Definía que el capitalismo era la libertad (mercado) de las cosas y la
esclavitud de las personas, por el contrario el socialismo era el sometimiento
de la economía de mercado para posibilitar la libertad de las personas y que
estas pudiesen tener unas condiciones dignas de vida.
Hablar
de Fernando de los Ríos es hablar de cultura. A lo largo de su vida dejó
escritas numerosas obras[1]
que atestiguan el gran poso ideológico y la gran capacidad que nuestro
protagonista poseía. De los Ríos fue uno de tantos hombres y mujeres brillantes
que jamás pudieron regresar a su país. Si algo caracterizó su figura fue la
defensa a ultranza de la libertad y la tolerancia, buena cuenta de ello fue el
episodio vivido en San Petersbugo con Lenin y la célebre repregunta de éste al
político español: « ¿Libertad? ¿Para qué?». La contestación parece obvia: Para
ser libres. Yo me quedo con la última línea del editorial del País sobre su
figura[2]:
“Los que verdaderamente aman la libertad
no se preguntan nunca por sus fines, sino por sus orígenes”.
Javier Berges Palacio: Sº de Memoria Histórica y Justicia Social de las JSPZ
[1] Orígenes del Socialismo
moderno (1911), La
crisis actual de la democracia (1917)- El
sentido humanista del Socialismo (1926) son algunas de ellas.
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