Desde el restablecimiento de la democracia en nuestra
tierra, en Aragón, y, a lo largo de las diez legislaturas desde las primeras
elecciones autonómicas del año 83 hasta el día de hoy, ya sea con
personalidades independientes o con miembros de distintos partidos, ninguno de
nuestros Gobiernos ha estado compuesto únicamente por el color de un solo
partido.
Los gobiernos de coalición han sido el pan nuestro de cada
día tras cada elección aragonesa. Ocho de las diez legislaturas han dado lugar
a este tipo de gobiernos, desde el primer gobierno de coalición a mitad de la
segunda legislatura, entre el Partido Aragonés y el Partido Popular, hasta el
actual gobierno presidido por el Presidente Javier Lambán y conformado por el Partido
Socialista, Unidas Podemos, Chunta Aragonesista y Partido Aragonés, brindado
este hecho sin duda por la no consecución de una mayoría absoluta en las Cortes
de Aragón por parte de ningún partido a lo largo de estos 40 años (un escaño le
faltó al PSOE en el 83 para ser la excepción).
Esta circunstancia, sumada a la amplia representación
partidaria en nuestras Cortes y llegada a su máximo esplendor el pasado mayo,
con hasta 8 fuerzas sentadas en los escaños del Legislativo aragonés, han hecho
del acuerdo, generalmente transversal a la ideología, una marca diferenciadora
de la política aragonesa, consiguiendo sentar, como en estos momentos, incluso
en el mismo gobierno a partidos ubicados desde la izquierda alternativa hasta
el centro derecha aragonesista bajo el pegamento socialista.
Tal vez sea este hecho, la naturaleza templada de los
aragoneses y las aragonesas o la simple necesidad, pero esta tendencia
congénita al acuerdo se visualiza hoy en su mejor versión en uno de los
momentos más graves que vive, no sólo nuestra tierra y nuestro país, sino la
mayor parte del planeta, acosados por la crisis mundial de la Covid-19.
Frente a la crispación política que se vive en instancias
nacionales, el Gobierno, los partidos políticos a lo largo y ancho de todo su
espectro ideológico y los representantes de trabajadores y empresarios, han
sabido unirse frente a esta crisis, dejando el reproche a un lado y aunando sus
esfuerzos para, no sólo plantar cara al virus hasta reducir y terminar
definitivamente con su propagación, sino para comenzar a dibujar el día de
mañana para nuestra Sanidad, para nuestra Economía, para nuestro mercado
laboral y, al fin y al cabo, para cada uno y cada una de los aragoneses y
aragonesas que se han visto y que se verán afectados por esta crisis en mayor o
en menor medida.
Son muchas las familias aragonesas que a raíz del virus han
visto sus empleos perdidos, sus ingresos reducidos o desaparecidos, sus ahorros
menguar y su futuro oscurecerse de nuevo tras la salida del túnel de la crisis de 2008, sin olvidar las
cientos de vidas tempranamente perdidas en estas últimas semanas y el tiempo de
necesario confinamiento que no volverá.
Ante esta situación, la política aragonesa ha dado la mejor
respuesta que se podía esperar de ella, sin estridencias, sin atizar el fuego de
la frustración de la sociedad, sin recurrir al mercadeo electoralista, poniendo
a la sociedad aragonesa, su bienestar, su seguridad, su salud y su futuro por
delante de todo, transmitiendo y ejecutando que nadie se va a quedar atrás.
Vivimos hoy un Día de Aragón muy diferente a los vividos
hasta ahora. Desde nuestras casas. Con un Estado de Alarma sobre nosotros y
nosotras. Sin poder ver y abrazar a nuestros seres queridos, por muy cerca o
lejos que estén. Sin terrazas en las que quedar. Sin parques y plazas que
recorrer. Sin bancos en los que hablar. Con nuestros caminos, montañas, campos,
pueblos y ciudades esperando para volver a ser recorridos y vividos.
Celebramos hoy un Día de Aragón con un Aragón y una sociedad
aragonesa en stand-by, más o menos frustrada,
más o menos afectada, a la espera del mañana en el que nos podamos volver a
reunir, recordando a quienes ya no nos acompañen, pero sabiendo y demostrando
que, aunque hoy estemos circunstancial y necesariamente separados y separadas, sólo
juntos y juntas volveremos a recuperar el mañana que esperamos, sólo juntos y
juntas seguiremos siendo el Aragón que nos merecemos. Que si nuestra separación es la mejor respuesta ante el virus, nuestra unión habrá de ser la mejor respuesta a sus consecuencias.
Desde el Gobierno de nuestra tierra hasta el último aragonés
o aragonesa llegado al mundo durante esta pandemia, este 23 de abril debemos
celebrar que juntas y juntos estamos luchando y resistiendo y que juntas y
juntos saldremos de ésta y seguiremos llenando de vida y de futuro nuestro Aragón.
¡Que viva, un año más, el Aragón del acuerdo y la concordia!
Daniel Martín Bernad
Secretario General en funciones de las JSA-Zaragoza
Secretario General electo de las JS-Aragón

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