El compromiso de una generación

  Hoy por el día de la Visibilidad Bisexual estrenamos una nueva sección de poesía en el blog. Se ha seleccionado un poema que versa sobre ...

HEFESTIÓN Y ALEJANDRO MAGNO

 

Hoy por el día de la Visibilidad Bisexual estrenamos una nueva sección de poesía en el blog. Se ha seleccionado un poema que versa sobre la estrecha relación de Hefestión y Alejandro Magno, los cuales, según diversos historiadores romanos, fueron amantes.


Hefestión fue el hijo de un noble de Macedonia que fue contemporáneo a Alejandro Magno. Fueron amigos desde muy temprana edad y crecieron juntos mientras se formaban en el campo militar. En una de sus campañas militares se presentaron ante la reina de Persia, y ella lejos de realizar una reverencia a Alejandro Magno se la hizo a Hefestión. Este hecho era considerado una ofensa en la antigua Grecia. Sin embargo, Alejandro Magno no solo no se ofendió, sino que le indicó a la soberana que no debía preocuparse ya que ambos eran iguales. Este hecho más allá de considerarse un acto en pro de la igualdad, tendría connotaciones románticas.


Resulta cierto que es complicado indagar en fuentes historiográficas de época que nos hablaran sin tapujos de la especial relación de los dos, pero en palabras del historiador Paul Cartledge: “no está claro que la relación de Alejandro con el algo más mayor Hefestión fuera de esa clase de la que nadie se atrevía a hablar, pero con casi toda seguridad así era. Las costumbres grecomacedonias habrían favorecido una vida sexual activa en vez de reprimirla o censurarla.”


Por otro lado, según Robin Lane Fox ambos mantuvieron una relación muy cercana hasta la muerte de Hefestión, por la que Alejandro Magno lloró desconsoladamente además de mantener ayuno durante varios días. Alejandro preparó un sepelio por todo lo alto a su gran amigo en Babilonia. No contento con aquello, envió una nota al Templo de Amón en Siwa pidiendo honores divinos para Hefestión. Los sacerdotes se negaron, pero le ofrecieron en su lugar el estatus de héroe divino. Alejandro murió poco después de recibir esta carta; Mary Renault sugiere que su dolor por la muerte de Hefestión le condujo a ser más descuidado con su salud.

 





 

HEFESTIÓN Y ALEJANDRO

 

(Dos bandidos con el corazón roto

esperan vender sus anhelos

y canjearlos por suspiros).

 

Estrenaron sus escudos en Troya

y acabaron en un valle

donde nace el trigo

y muere la piel.

 

Celebraron sus triunfos,

sus ejércitos,

sus relatos

Encumbraron sus almas

y regaron la tierra de sangre enemiga.

Partieron hacia el lugar que los vio nacer

y esposarse.

 

Sus sonrisas aún dibujan coraje

de haberse curado las heridas

con el sabor del metal.

Fueron dos bandos de guerra

Fueron dos gritos de amor

La extensión del espacio infinito

se posa sobre sus cabezas

como el buitre devora a sus presas.

 

Pronto volvieron con sus mujeres y amantes

y comprendieron que solo existe una palabra

para contar todo aquello que fue y será.

 

—AMOR.

 

                                                                         Juventudes Socialistas de la Provincia de Zaragoza

 

 

 

 

 

 

 

 


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