El 24 de enero es
la fecha elegida por la ONU para ser el Día Mundial de la Educación por la
contribución de ésta a la paz y al desarrollo. Infinitas han sido las personas
que han querido dar su particular versión sobre la educación, pero yo me quedo
con la del Premio Nobel Nelson Mandela que defendía que, "la educación es el
arma más potente que puedes usar para cambiar el mundo". No es exagerado pensar
que la educación es el pilar fundamental en el que cualquier sociedad se basa. Sin
embargo, algo tiene la educación que suscita tanto debate y que nunca deja indiferente
a nadie. Ese algo, como bien dejaba caer Mandela, es que quien controla la
educación controla también la sociedad del futuro.
Quizás sea por ello
que en nuestro país hemos tenido hasta 7 leyes distintas sobre este tema desde
la muerte del dictador (LGE, LOECE, LODE, LOGSE, LOCE, LOE y LOMCE)… y otra que
viene en camino. En una sociedad y un mundo como el actual, en el cual todo
avanza rápidamente, lejos nos quedan ya los incesantes intentos del ex ministro
Ángel Gabilondo por cerrar un gran pacto educativo duradero y que, en el último
momento, no fue posible por la retirada del Partido Popular.
Desde que Gabilondo
dejó la cartera ministerial la educación ha sufrido un fuerte revés del que va
a tardar mucho tiempo en recuperarse. Al frente de la nueva etapa quedaba como
máximo responsable José Ignacio Wert, una persona que había dedicado
principalmente su trayectoria profesional a sondeos de opinión y a la empresa
privada. Es decir, un ministro que de educación poco y de cultura y deporte
mejor no hablamos. El inspirado nuevo ministro se apresuró a hacer su propia
ley educativa (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa), que se
acabó aprobando con el único apoyo de su grupo parlamentario. Nacía así una ley
que contaba con el respaldo de aquel Congreso, pero no de la comunidad
educativa.
Esa ley no vino
sola, sino que vino acompañada de duros recortes. En 2012, recién llegado
Mariano Rajoy a la Moncloa, el presupuesto cayó un 6,8% frente a la media
europea del 1,1%. Los años siguientes no fueron mejores, viéndose perjudicadas
escuelas rurales, becas, ayudas, etc. Actualmente, con los últimos presupuestos
aprobados del PP, la inversión (o gasto para algunos) en educación ha caído un
13% desde la época de José Luis Rodríguez Zapatero. Contamos con 30.000 profesores
menos, ratios elevados de alumnos en primaria (27-30 alumnos) y secundaria
(30-36 alumnos), un aumento de hasta 25 horas de clase para los profesores en
primaria y 21 en secundaria, o con que la sustitución del profesorado que se
encuentre de baja sea efectiva a partir del décimo día. Y estos son solo
algunos de los datos.
El ejecutivo de
Pedro Sánchez ha encargado a su ministra de Educación y Formación Profesional
Isabel Celaá, ex consejera de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno
Vasco, y con una larga trayectoria dedicada a la educación, una nueva norma
educativa que revierta el retroceso que actualmente tiene la educación
española. Además, se quiere recuperar una asignatura que recoja el temario de
la antigua Educación para la Ciudadanía. Educar a los más pequeños (y no tan
pequeños) en igualdad, en respeto y en tolerancia es hoy más necesario que
nunca. Estamos llamados a vivir un momento en el que se van a cuestionar todos
los logros alcanzados en los últimos tiempos y nuestra sociedad del futuro no
puede pasar por eso. Es también imprescindible eliminar los centros educativos
de educación segregada, ya que no podemos pretender que una sociedad que aspira
a ser plenamente igualitaria haga discriminaciones entre los niños y niñas a
edades tan tempranas por razón de sexo. Pero no sólo basta con hacer leyes,
también hay que cumplirlas y que no pase como con las leyes de igualdad estatales o
autonómicas, que establecen la obligatoriedad de ofertar a los centros
superiores de enseñanza asignaturas relacionadas con la igualdad, y que no se
cumplen plenamente.
En materia
autonómica el panorama en Aragón no fue distinto al nacional entre 2011 y 201,5
durante el mandato de la popular Luisa Fernanda Rudi. Los y las aragonesas pasamos de tener un presupuesto de 1.073 millones para educación en 2011 a 887
en 2015. En los primeros presupuestos del gobierno PSOE-CHA se aumentó en 82
millones, demostrando que si se quiere se puede. Rudi redujo la inversión en
centros públicos un 16,4%, mientras que en los concertados solamente un 8,5%.
Como dato anecdótico, en los últimos presupuestos del PP en Aragón la inversión
en la escuela pública en secundaria y FP se siguió reduciendo 9 millones
respecto a los anteriores, mientras que en la concertada aumentó ligeramente.
No hemos de
olvidarnos de las escuelas rurales aragonesas. Hoy en día la despoblación es
uno de los principales problemas que sufre nuestra tierra y para tratar de
evitarlo lo lógico es hacer que las personas que habitan en pueblos pequeños
sigan disponiendo de servicios que les permitan seguir viviendo allí dignamente.
La educación es uno de estos servicios, ya que un pueblo sin colegio es un
pueblo sin futuro. Durante su etapa de gobierno y la actual de oposición el PP
ha calificado de “manía” la actitud del PSOE de mantener estas escuelas,
mientras que sistemáticamente discute su profesionalidad. Actualmente Aragón es
referente nacional en la lucha contra la despoblación con medidas como la de
mantener las escuelas rurales gracias a los esfuerzos y la dedicación del
actual gobierno.
En materia
universitaria también se ha avanzado enormemente estos últimos 4 años. Rudi
otorgó menos de 250 becas durante su último año de mandato frente a las 2.000
que este último curso se han dado. La llamada beca del 50x50, impulsada por la
consejera Pilar Alegría, ha conseguido que más de 15.000 estudiantes vean
rebajada su matrícula. Tras años de reivindicaciones, por fin se ha concedido
la reforma de la Facultad de Filosofía y Letras, que aunque no vaya a la
velocidad deseada, podemos estar seguros que los futuros estudiantes
disfrutarán de ella. El presupuesto destinado a la Universidad de Zaragoza ha
aumentado en los últimos años y podemos disfrutar de una ligera bajada del
crédito universitario.
No podemos
dormirnos en los laureles porque no está todo hecho, ni mucho menos todos los
logros asegurados. Hemos de continuar por esta senda a todos los niveles. La
educación no es un gasto, sino una inversión. Cualquier gobierno está obligado
mantener en primer lugar todos sus servicios públicos en óptimas condiciones,
incluyendo la educación. Con medidas como las realizadas por la DGA en los
últimos casi 4 años o las anunciadas por el Gobierno de España para los
próximos tiempos podemos enorgullecernos y estar seguros que avanzamos por el
buen camino.
Miguel Lozano, (Secretario de Educación de las JSA-Zaragoza).
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